Laura Ponce

Laura Ponce le echó un primer ojo a este planeta desde Buenos Aires, en el año 1972. Sus cuentos han aparecido en antologías y revistas de Argentina, España, Cuba y Perú. En 2009 crea la revista Próxima, que también dirige y edita. Especialista en Ciencia ficción, es directora y editora en Ediciones Ayarmanot. Da talleres, cursos y charlas sobre narrativa, lectura y escritura del género. Organiza las Tertulias de Ciencia Ficción y Fantasía de Buenos Aires. Participa en la organización de Pórtico – Encuentro de ciencia ficción, que se celebra desde 2015 y aúna las características de un evento académico con actividades dedicadas al fandom. Fue columnista mensual en Amazing Stories y en el programa de radio Contragolpe con una columna semanal.
Laura Ponce inició su romance con la ciencia ficción a los quince años, pero se casó con ella a los treinta y tres, cuando descubrió a la comunidad de escritores y lectores que se reunían en torno a la revista Axxón, en las Tertulias de Ciencia Ficción y Fantasía de Buenos Aires. Sumarse al equipo que llevaba adelante la revista fue igual que deslizarse dentro de otro universo: más obras leía, más autores y autoras conocía, que escribían en castellano, que no tenían nada que envidiarle a los surgidos en otras latitudes, más inaceptable le resultaba que todo aquello no fuera conocido por más gente; así surgió su vocación editorial, de la necesidad de publicar (hacer público), y la gestión cultural se dio por añadidura. Ese amor que siempre había sentido creció y se resignificó, alimentado por los nuevos lazos que iba estableciendo, y se convirtió en una militancia. Y es que, más que el género en sí, lo que le fascina a Laura es la potencialidad de la CF como herramienta para analizar la realidad, su capacidad para ensayar y debatir ideas, su tremenda potencia política y el modo en que transforma a las personas, las comunidades y las redes que va tejiendo a su alrededor. Este es su modo de construir futuro.
Laura Ponce inició su romance con la ciencia ficción a los quince años, pero se casó con ella a los treinta y tres, cuando descubrió a la comunidad de escritores y lectores que se reunían en torno a la revista Axxón, en las Tertulias de Ciencia Ficción y Fantasía de Buenos Aires. Sumarse al equipo que llevaba adelante la revista fue igual que deslizarse dentro de otro universo: más obras leía, más autores y autoras conocía, que escribían en castellano, que no tenían nada que envidiarle a los surgidos en otras latitudes, más inaceptable le resultaba que todo aquello no fuera conocido por más gente; así surgió su vocación editorial, de la necesidad de publicar (hacer público), y la gestión cultural se dio por añadidura. Ese amor que siempre había sentido creció y se resignificó, alimentado por los nuevos lazos que iba estableciendo, y se convirtió en una militancia. Y es que, más que el género en sí, lo que le fascina a Laura es la potencialidad de la CF como herramienta para analizar la realidad, su capacidad para ensayar y debatir ideas, su tremenda potencia política y el modo en que transforma a las personas, las comunidades y las redes que va tejiendo a su alrededor. Este es su modo de construir futuro.